Los ancianos son nuestros segundo padres. Nos cuidaron cuando éramos más pequeños y no tienen maldad en su corazón. Dan la vida por nosotros, tal como lo haríamos nosotros. ¿Por qué no regalarles una dosis de amor y ternura a sus días?
Una joven le cumplió el sueño de vida a su abuela…
Ahora puedes leer el artículo de UpSocl sobre Abuelita quería una muñeca cuando niña, pero no tenía dinero. Su nieta le regaló una a sus 76 años.