A veces los que menos cosas materiales tienen, son los que más dan. Sobre todo espiritualmente. Su corazón suele ser muchísimo más grande, lleno de generosidad y amor. Incluso están dispuestos a compartir lo poco que tienen, con tal de que los demás estén mejor.
Una anciana sin hogar…
Ahora puedes leer el artículo de UpSocl sobre Abuelita sin hogar compartió su comida con perritos callejeros. Estaban solos y muy hambrientos.