Los trastornos alimenticios son una batalla agotadora. No solo por los horribles efectos físicos que genera, sino que por la constante presión mental. Y muchos quedan en el camino.
Un caso inspirador sobre esta lucha, es el de Regan Slatic, una estudiante de la Universidad de California, de 21…
Ahora puedes leer el artículo de UpSocl sobre Competía por “comer lo mínimo” para luego vomitar. Su obsesión comenzó al oír “muslos de trueno”.