En un lado de la mesa teníamos a Carlos, un sevillano de 36 años que se ganaba la vida como tatuador y que, ya desde el principio de la cinta, demostró una gran seguridad en sí mismo: «Los chicos que hay hoy en día por ahí son copias de chicos como yo. Eso chicos que llevan esa barba, esos…
Ahora puedes leer el artículo de Cabronazi sobre First Dates: su cita le confiesa sus gustos en la cama y ella se echa para atrás.