Los niños son impacientes por naturaleza y en su mundo no existe el futuro, solo el aquí y ahora. Sus primeras palabras están llenas de artículos y verbos posesivos como “mío” o “dame” mientras alargan sus bracitos con urgencia hacia las cosas que quieren y solicitan.
Seguro que recuerdas…
Ahora puedes leer el artículo de La Voz del Muro sobre La técnica de una madre para evitar que su la hijo interrumpa en las conversaciones.