Tener un perro no es fácil. Tal como si fuera un hijo, hay que dedicarle tiempo, cariño y amor, además de alimentarlo y mantenerlo siempre limpio… sin embargo, muchos adoptan por capricho y terminan arrepintiéndose.
Lo amarraron por tantos años, que su cadena se incrustó en su cuello. Ahora por fin podrá sanar



