En Nueva York, Stephanie Leigh venía de su trabajo como enfermera sin saber la sorpresa que se encontraría al llegar a su casa. Sus tres hijos estaban rapados casi como si fueran misioneros franciscanos. Sus cabecitas era dos esferas con unos cuantos pelos que se mostraban rebeldemente.
Ahora puedes leer el artículo de UpSocl sobre Niño rasuró su cabeza y la de su hermana. Lo que pasa por dejarlos solos con una máquina de afeitar.