La pobreza es un enemigo natural de la educación, puesto que desanima a las personas y en ocasiones acarrea otros problemas como la mala alimentación. Por supuesto esta última influye en el proceso de aprendizaje, pues de eso dependerá cuánta energía tengamos disponible en nuestras arcas.
“No puedo enseñar a niños hambrientos”: Maestro sudafricano da de comer a sus alumnos con su sueldo
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