Cuando pensamos en tortura, lo primero que no viene a la cabeza no es un martillo, una silla eléctrica, electrodos en los pezones o dientes y alicates; no. Lo primero que nos viene a la cabeza es algo mucho peor, algo infinitamente más cruel y desalmado; algo que hace que, cualquier persona,…
Ahora puedes leer el artículo de Cabronazi sobre ¿Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos? Os lo explicamos.