Ahora puedes leer el artículo de UpSocl sobre Se negó a que le cubrieran los ojos antes de ejecutarla. Con un gesto de su mano los hizo llorar.
Adam Zelle era un humilde fabricante de sombreros holandés que hizo algunas buenas inversiones y logró darle a sus hijos una infancia extremadamente acomodada. La mayor, Margaretha, incluso pudo asistir a una exclusiva escuela hasta los 13 años, algo que en pleno siglo XIX era un lujo…