Su deseo era vender todas sus paletas y helados e irse a descansar a casa. Una chica se lo concedió

A continuación les traemos otra historia de superación y generosidad surgida a partir de los desafíos de la pandemia. Esta vez, los protagonistas fueron la blogger Lupita Anaya y Antonio, un anciano que pasa sus días vendiendo paletas y helados de su carrito en las calles.

FB: Lupita Anaya

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