De niños, tener una casa del árbol significaba poder divertirnos a nuestras anchas con la tranquilidad de que nadie podía molestarnos, a menos que estuviese invitado.
Aunque de lejos nos vigilaban, estas casas eran el lugar ideal para mantenernos alejados de los adultos y sus asuntos. Allí…
Ahora puedes leer el artículo de La Voz del Muro sobre Te enseñamos cómo es por dentro esta casa del árbol en plena selva.