Trabajar de camarero puede ser muy, pero que muy duro. Echar más horas que un reloj, llevar el físico al extremo, aguantar a todo tipo de clientes (muchos, bastante maleducados) y, sobre todo, enfrentarse a condiciones contractuales que pueden llegar a rozar lo abusivo; no es una profesión…
Ahora puedes leer el artículo de Cabronazi sobre Una camarera de Hooters enseña cuánto dinero gana con las propinas y la gente no se lo cree.