Miles de objetos cotidianos acumulan polvo y humedad olvidados en algún rincón y sólo unos pocos se conservarán lo suficientemente bien para llegar a convertirse en auténticas piezas de museo.
La diferencia entre algo viejo y algo antiguo no son los años, sino su singularidad y su estado…
Ahora puedes leer el artículo de La Voz del Muro sobre Va a limpiar una zapatería de los ’60 y se encuentra con un tesoro para coleccionistas de zapatos.